De tabernas, poesía, amigos y publicidad

Para hablar de publicidad hay que hablar de un acontecimiento de poesía, de amigos y, por supuesto, de futuro.

El acontecimiento ocurrió sobre 1933. Yo  recuerdo habérselo oído a Atahualpa Yupanqui en una TVE de blanco y negro. He buscado por las redes hasta localizar más datos  de lo que pasó y he localizado una excelente web: Argentinamundo.com. Entre lo que en ella se describe y mis recuerdos se lo cuento. Coinciden en un restaurante en Buenos Aires en la Avenida de Mayo, Federico García Lorca y Héctor Roberto Chavero (Atahualpa Yupanqui). Lorca ya era, a pesar de su juventud, un maestro para los poetas-músicos como Atahualpa. No estaban solos, otros escritores les acompañaban, la gente reía, comentaba… En un momento dado, un atento Atahualpa observa cómo Lorca escribe algo en una servilleta y posteriormente hace con ella un ovillo y la deja sobre la mesa… Pregunta a Lorca: “¿Qué ha salido?”. “Nada”, le dice Federico, “una cosa sin importancia”. “¿Me permite quedármela?” “Claro, claro, si la quiere es suya”. Con el corazón saliéndose del pecho, Don Ata llega a su casa y lee:

“Mientras haya tabernas en el camino, los que caminan serán amigos”

Hablar de Lorca es hablar de poesía. Me gusta crear analogías entre profesiones, me sirven para explicar mejor a todo el mundo qué es un publicitario. Recientemente le comparaba con los actores/actrices (y todo lo que tienen que prepararse para lograr una reacción), y ahora le toca a los poetas/poetisas. Estos últimos utilizan el lenguaje para crear imágenes que jamás se nos hubieran ocurrido y que, una vez conocidas, ya jamás podremos dejar de utilizar. Influyen en la sociedad sin armas, prácticamente con su talento, con su forma de relacionar palabras consiguiendo conceptos generalmente bellos y líricos, pero también con fuerza y combativos. Y, si con esto no tienen suficiente para encontrar los parecidos, en ambas actividades se trata de influir sobre la actitud y el comportamiento de las personas con el deseo de mostrar, persuadir, convencer y lograr un efecto…

“La poesía es una arma cargada de futuro”

El futuro no se puede escribir sin tener en cuenta el pasado. Alguien dijo: “Es importante saber de dónde venimos para saber a dónde vamos”. Yo debo, para ajustarme al papel atribuido de “filósofo del marketing” por Javier Piedrahita, desarrollar como pueda esta definición para no fallarle al “efecto Pigmalión”- ya saben, la expectativas y previsiones de los profesores sobre los alumnos determinan las conductas de estos que los profesores esperan-,  y ya solo nos queda unirlo todo: pasado-futuro (el pasado es prólogo), poetas-publicitarios (comunicación que influye en la sociedad), tabernas y los que caminan-los lectores de Living Marketing (todo aquel que quiere llegar a algún sitio buscando algo, intentando conocer, disfrutar y ser mejor) y amigos. El resultado:

Mientras haya amigos, tabernas y poesía, en la publicidad habrá futuro